Como corresponde a la clasificación, los visitantes aceptaron llevar el dominio y al poco de arrancar el pichichi de la categoría Diego García aprovechaba una indecisión de la defensa local para poner a los suyos por delante. Mucha ternura en los alameños en este primer envite serio en su área. Partido cuesta arriba para los verdiblancos al poco de arrancar.
El partido pudo tener otro signo si el árbitro hubiera considerado como tarjeta roja un agarrón de Del Campo que bien pudo mandar al leganense a la ducha antes de tiempo.
Al menos servía para indicar a los locales el camino hacia la meta rival.
Ocurre que los locales tenían a los hados en contra. Sin llegar a la media hora Cañizares tenía que irse (tras cuatro semanas fuera) lesionado y el retoque del once pareció algo forzado (e inevitable) para quedar tanto por delante. El Álamo fue manteniendo el tipo e incluso llegando con alguna intención a balón parado aunque quien realmente controlaba pelota y partido eran los que vestían en esta ocasión de negro, renunciando a sus rayas albiblancas. Y cuando parecía que nos íbamos al descanso sin mayor novedad una colada de Jordán por la derecha concluyó con un remate que desvió un defensa para poner el partido casi imposible para los alameños. Nueva muestra de bondad de la defensa verdiblanca, por cierto.
Con tanta distancia en el marcador y en el juego la segunda mitad se postulaba a trámite para ambos. Porque la idea de remontar se antojaba tan difícil como exprimir cocos a mano. Tampoco había suerte con el colegiado que perdonó la segunda amarilla a Samed de forma inexplicable. Ser líder también tiene estas cosas. Los locales tuvieron vergüenza torera para intentar dar un susto al portero pepinillo: sin fruto. El partido rodaba cuesta abajo para los visitantes que se mantenían sin grandes problemas gracias a su eficaz trabajo defensivo. Cierto que el ritmo de juego conforme pasaban los minutos iba decreciendo para facilitar la tarea a los “negrillos”.
El plan del pelotazo a Angulo para buscar la segunda jugada cerca del área del Lega evitó perder balones en zonas de compromiso a costa de no tener claridad ofensiva. Contrariamente a lo que suele ocurrir con los filiales, esta vez, los leganenses sí supieron encontrar antídoto. Si en ese momento nos hubiéramos ido a comer pensaríamos que no nos perdíamos nada. Ocurre que el fútbol, es el fútbol. Ya saben la frase de Boskov. En una contra de manual Oliva ganaba la carrera a la defensa local y sentenciaba poniendo el 0-3. Un minuto después penalti incontestable de Corrales que transformaba Diego García para poner punto final al partido. Sí, hubo dos goles postreros de El Álamo (Tello y Noé) que maquillan el marcador y deben servirles de guía para la lucha por una salvación que este año (con siete descensos) pinta dramática.
GOLES LOCALES
ACTA DEL PARTIDO
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